Lagunas de Ruidera: el oasis de La Mancha
Este fin de semana he descubierto un inmenso y bellísimo oasis en medio de los áridos campos manchegos: el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, un lugar lleno de paisajes inolvidables e historias fascinantes.
Entre las provincias de Albacete y Ciudad Real, en medio del extenso Campo de Montiel, se encuentra este parque natural de 4.000 hectáreas de superficie formado por 15 lagunas de aguas cristalinas e intenso azul turquesa que transcurren escalonadamente, rebosando unas en otras, dando lugar a torrentes y saltos de agua que se forman con el paso del agua de una a otra laguna.
Las Lagunas de Ruidera están consideradas uno de los espacios naturales húmedos más interesantes y bellos de la Península Ibérica. Sus singularidades geológicas, su inmenso valor paisajístico y su riqueza natural lo hacen un entorno natural único.
Declarado parque natural en el año 1979 por el Gobierno de Castilla-La Mancha, las Lagunas de Ruidera albergan una gran diversidad de especies animales y vegetales. En los bosques predominan encinas, sabinas y enebros, que dan cobijo a especies como el conejo, el zorro, la gineta, la nutria y varias especies de murciélagos.
Además, atraídas por el entorno acuático de las lagunas, numerosas aves acuáticas frecuentan también el parque: el porrón europeo, el porrón moñudo, el pato colorado, la focha común, el ánade azulón o el somormujo lavanco, entre otros. En el agua, peces como la carpa, el lucio, el barbo o la boga disfrutan de las aguas cristalinas de las lagunas.
El parque natural comprende los municipios de Ruidera, Argamasilla de Alba, Alhambra y Villahermosa, en la provincia de Ciudad Real, y Ossa de Montiel en la provincia de Albacete. No obstante, las 15 lagunas transcurren por sólo dos de los anteriores municipios: Ruidera y Ossa de Montiel.
Precisamente, es el municipio albaceteño de Ossa de Montiel el que cuenta con un mayor número de lagunas, ya que 11 de las 15 lagunas del parque pertenecen a este término municipal. Además, otros de los principales atractivos del parque, como la Cueva de Montesinos o las ruinas del castillo de Rochafrida, pertenecen también a este municipio, por lo que se convierte en un gran campamento base para visitar los encantos de este parque natural.
¿Qué ver en las Lagunas de Ruidera?
1. Lagunas
La carretera que va de Ossa de Montiel a Ruidera transcurre paralela a 8 de las 15 lagunas del parque: La Laguna de San Pedro, la Laguna Redondilla, la Laguna Lengua, la Laguna Salvadora, la Laguna Santo Morcillo, la Laguna Batana, la Laguna Colgada y la Laguna del Rey.
Entre éstas, se encuentran las tres lagunas más grandes y bellas del parque: la Laguna de San Pedro, la Laguna Lengua y la Laguna Colgada.
Para preservar intacto su valor natural, en la Laguna Lengua y en la Laguna Colgada no está permitido el baño. No obstante, muy cerca de ellas, en la Laguna Salvadora, hay una gran zona de baño donde poder disfrutar de las aguas cristalinas de este maravilloso parque.
El recorrido por estas lagunas desde Ossa de Montiel a Ruidera lo podrás hacer en coche (cada laguna cuenta con lugares para parar y disfrutar de las vistas), en bici, o andando (la distancia entre los dos municipios es de aproximadamente 10 km).
2. Castillo de Rochafrida
De este castillo de leyendas y romances hoy sólo se conservan restos de su muralla y de su torre del homenaje. Construido por los almohades en el siglo XII en lo alto de un abrupto cerro, pasa a manos cristianas tras la batalla de las Navas de Tolosa. La privilegiada situación del recinto permitió la defensa del territorio de Ossa de Montiel frente a las incursiones de los musulmanes. La fortaleza perteneció a la Orden de Santiago hasta el siglo XIX, no obstante ya en el siglo XV queda en absoluto abandono.
Pero probablemente la mayor importancia de este castillo sea su valor literario, ya que entorno al castillo se desarrollan los romances del medievo más antiguos que se conocen, los Romances de Rosaflorida y Fontefrida. Rosaflorida es la dueña del castillo, que suspira por el amor del noble Montesinos, y Fontefrida es la fuente que se encuentra a la entrada del castillo, donde, según el romance, todas las aves de paso paran a buscar consuelo.
3. Ermita de San Pedro de Verona
Esta pequeña ermita alberga en su interior la imagen de San Pedro Mártir de Verona, de gran fervor popular. En su honor, los vecinos de Ossa de Montiel celebran dos romerías: una el domingo de Resurrección, cuando los mozos trasladan la figura del santo al pueblo, y otra el 29 de abril cuando la devuelven a la ermita.
La ermita fue demolida en los años 40 por peligro de derrumbamiento y se volvió a construir desde cero, aprovechando solamente algunas piedras de sillería como cimientos.
Justo enfrente de la ermita, se encuentra la Venta del Celemín, lugar al que llega Don Quijote tras visitar la cueva de Montesinos. Allí conoce a personajes tan singulares como al titiritero Maese Pedro y su mono que adivina el destino.
Esta venta es hoy una casa rural y en su fachada podrás encontrar una pequeña referencia a este capítulo del Quijote.
4. Cueva de Montesinos
Justo detrás de la ermita de San Pedro de Verona parte la senda de la Cueva de Montesinos, un camino de 1,5 km (ida y vuelta) de escasa dificultad que te llevará a esta fascinante cueva kárstica de más de 30.000 años de antigüedad.
La cueva consta de 3 salas bien diferenciadas distribuidas en diferentes niveles. Al fondo de la cueva, junto a la Sala Grande, se encuentra un pequeño río subterráneo que desemboca en las Lagunas de Ruidera.
Pero, además de su interés histórico y natural, la gran fama de esta cueva reside en la aventura increíble que vive en ella Don Quijote, y que le sirve para explicar, a su manera, el origen de las lagunas. Un episodio en el que personajes históricos y fantásticos se entremezclan en los sueños de Don Quijote creando una singular historia donde la propia cueva es una protagonista más.
La cueva sólo se puede visitar mediante visitas guiadas, que puedes contratar en el momento en la entrada o bien con antelación a través de su página web. La visita dura unos 40 minutos, en los que además de la historia y las características naturales y geológicas de esta cavidad, conocerás de primera mano las vivencias del ilustre hidalgo manchego dentro de la cueva. El recorrido que se realiza por el interior es muy sencillo, por lo que se puede realizar perfectamente con niños.
5. Castillo y embalse de Peñarroya
El castillo de Peñarroya es una fortaleza de origen musulmán, que pasa a manos cristianas en el año 1198, quedando en poder de la Orden de San Juan en 1215. Se encuentra a 12 km de Argamasilla de Alba, en dirección a las Lagunas de Ruidera, constituyendo la entrada al parque natural.
Está situado estratégicamente sobre un acantilado, en el que se construyó la presa del embalse de Peñarroya. El castillo conserva en el exterior el camino de acceso medieval, humilladero y foso. En el interior, la antemuralla, muralla medieval principal, torre del homenaje, patio de armas, ermita del siglo XII, y aljibe medieval.
Inaugurado en el año 1959, el Pantano de Peñarroya supone la represa artificial de las aguas del Guadiana, que abastecen a las poblaciones cercanas de Argamasilla de Alba y Tomelloso.
Esta masa de agua, que está incluida dentro de la zona de protección del Parque Natural, forma un ecosistema con características propias que le diferencian del complejo lagunar. De gran importancia como refugio de fauna, sobre todo de avifauna, también destaca por sus valores en materia de pesca deportiva.
Y tú, ¿has visitado ya las Lagunas de Ruidera?
Las Lagunas de Ruidera son como un oasis en medio de Mancha llana y seca. Esas vastas extensiones de agua turquesa me enamoraron, y me hicieron olvidar que me encontraba en tierras castellanas.
Y tu, ¿conoces las Lagunas de Ruidera? ¿Qué sensaciones te han transmitido? ¿Tienes una laguna favorita? ¿Qué es lo que más te ha gustado, o lo que menos?
¡Cuéntanos tus experiencias en los comentarios!